Un total de 13 millones de ciudadanos viven en ciudades y regiones que se declaran contrarias al cultivo y alimentación con transgénicos en su territorio. Cinco Comunidades Autónomas, más de 150 municipios, diputaciones provinciales o cabildos insulares se han declarado Zona Libre de Transgénicos, una iniciativa promovida por asociaciones ecologistas, como Amigos de la Tierra, para recoger firmas contra el cultivo de este tipo de alimentos en España.
“La declaración de una zona como libre de transgénicos expresa a nivel institucional el rechazo ciudadano. Y son una señal clara para la industria, que pretende a toda costa introducir unos productos para los que no existe demanda”, señala David Sánchez, responsable de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra.
España es, desde 1998, el único país de la UE que cultiva transgénicos a gran escala. Frente a las casi 80.000 hectáreas cultivadas con maíz transgénico en 2008 en nuestro país, son ya seis los países que han prohibido de forma oficial su cultivo: Austria, Hungría, Luxemburgo, Grecia, Francia y recientemente, Alemania.
La inciativa, que pide a las autoridades poder decir “sobre la introducción de transgénicos en su agricultura y alimentación”, no vinculante, ha suscrita por los gobiernos regionales de Asturias, Canarias, Galicia, Baleares y País Vasco, y los consejos insulares de Mallorca, Menorca y Lanzarote. La campaña libre de transgénicos tiene su extensión europeo, donde ya cuenta con el apoyo de 200 regiones y cerca de 4.500 administraciones locales.
“Con un amplio rechazo social, que se manifiesta a través de movilizaciones y declaraciones institucionales, el Gobierno no puede seguir defendiendo los intereses de las multinacionales por encima del interés público. Debe seguir el ejemplo de países como Francia o Alemania y prohibir su cultivo también en España”, concluye Sánchez.
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